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Oct 23, 2023

Deseo

El deseo sexual puede variar significativamente de unas individuos a otros. Para muchas personas la sexualidad es uno de los pilares que sustentan la relación de pareja. Cuando ambos miembros no están de acuerdo en la frecuencia de las relaciones sexuales pueden surgir conflictos que terminen afectando a la calidad del vínculo. 

Es normal que el deseo sexual se sienta más elevado al principio de la relación y que se vaya reduciendo o estabilizando a medida que avanza. Sin embargo, llegados a este punto, las necesidades de cada persona son diferentes y, si difieren en exceso, pueden generar un problema.

Esta situación puede durar años y crearse una dinámica negativa de la que resulta complicado salir. El que desea más se siente rechazado y el que es deseado se siente perseguido o agobiado. Ambos, frustrados e insatisfechos están inmersos en esa dinámica que tiende a perpetuarse en el tiempo al no saber la pareja como romperla. 

Identificar los motivos y acercar posturas resulta fundamental. 

Las diferencias en el deseo sexual pueden tener diferentes orígenes. Existen múltiples variables que deben considerarse.

  • Características personales: cada persona puede tener un nivel de deseo sexual diferente. Puede variar en función de las circunstancias, por ejemplo, en momentos de mucho estrés o malestar físico.
  • Disfunciones sexuales. Si uno de los miembros de la pareja presenta disfunciones sexuales (como dispareunia o disfunción eréctil) es normal que su interés en el sexo se vea afectado.
  • Creencias erróneas e inseguridad. Tabúes y mitos acerca de la sexualidad pueden hacer que no se disfrute plenamente y que el deseo sexual sea más bajo. Lo mismo ocurre si la persona presenta inseguridades personales o respecto a su físico.
  • Conflictos en la pareja. Cuando existen tensiones, peleas, reproches o desacuerdos en la pareja con frecuencia, la intimidad se ve afectada.
  • Distintos ritmos circadianos. Existen ligeras variaciones en el ciclo circadiano de cada persona, dando lugar que algunas sean más diurnas y otras más nocturnas, con sus consecuentes diferencias en el nivel de deseo.
  • Insatisfacción sexual. Si las relaciones sexuales no resultan satisfactorias el interés de la persona por practicarlas se reduce drásticamente.
  • Dinámica negativa. Cuando las diferencias de deseo sexual están presentes durante un largo tiempo se establece una dinámica que aleja cada vez más ambas posiciones. La persona que busca tiende a ser cada vez más insistente y quien es buscado puede generar cada vez un mayor rechazo hacia el intercambio sexual.

Para abordar las diferencias de deseo sexual en la pareja es importante:

  • Identificar los factores de fondo y buscar soluciones. 
  • Mejorar la calidad del vínculo de pareja.
  • Buscar un punto medio respecto a la frecuencia de las relaciones sexuales con el que ambos se sientan conformes, y en algunos casos mejorar el bajo deseo de alguno de los miembros.
  • Cultivar la intimidad.
  • Trabajar la asertividad.
  • Crear una nueva dinámica.

En muchos de los puntos anteriores puede ser necesaria la ayuda de un profesional.

Si te sientes u os sentís identificad@s y necesitas ayuda puedes contactar a través del 685953724 o cogiendo tu cita directamente a través de doctoralia (pincha aquí)

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